me gustan las mañanas, ya sean frescas, húmedas, frías o cálidas,
con el cielo a reventar.
Eso sí, borraría unos cuantos edificios que me impiden ver el mar. Pero no importa, lo llevo en mi cabeza.
Bajo la marquesina de la parada del autobús los bancos siguen siendo cama durante la noche.
3 comentarios:
Los adictos al alba llevamos el mar como horizonte. También el silencio y la lectura meditada de palabras como las tuyas cuando aún no son las cinco.
buendía, ybris!
creo que entre tú y yo seríamos capaces de echarle un pulso al tiempo:-)
Ybris que madrugador ¡ estos días me está pudiendo la nostalgia ....y tu sentido texto me devuelve a una realidad que no necesita de la nostalgia
Besos
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