mañana fresca de otoño, cielo rosado, el camión de la limpieza chorrea los bancos donde antes dormían los sin techo, dos municipales jóvenes lo contemplan vigilantes
más allá, un imbécil tuerce en la esquina para no saludar
respiro hondo y me siento fresca
en el ascensor, me digo que tengo que comprarme unos mitones. Se me resecan las manos con el frío.
2 comentarios:
Anteayer veía amanecer un claro Cantábrico desde Barreiros después de varios días de densa niebla. Hoy el aire contaminado de Madrid me deja en la sala de espera de un otoño que no llega.
Seguiremos esperando.
Besos.
hola, Ybris, ya entró el otoñó y ya tengo mis mitones. El frío no es tanto y se lleva bien. Me alegro de verte por aquí. Y tu blog? porque escribir me da que lo sigues haciendo, de madrugada...:-)
besos!
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