25 oct 2004

En campaña

Mi amiga Mad se ha propuesto apoyar la campaña de Michael Moore en contra de la reelección de Bush, me sumo a ella, es inevitable no tomar partido, aún a miles de millas de distancia, porque lo que salga de estas elecciones nos incumbe a todos, querámoslo o no. Por si los americanos dejan a un lado su pasotismo de voto, y la campaña tiene éxito, es bueno también ir adelantando lo que nos espera después.


Qué poco ofrece Kerry Por Carlos Taibo
Inevitable parece que, en días como éstos, la gente se pregunte cuáles son las consecuencias que cabe esperar del triunfo de uno u otro de los candidatos que concurren en las elecciones presidenciales estadounidenses. Adelantemos al respecto que el criterio que abraza la mayoría de nuestros conciudadanos rezuma un sano escepticismo en lo que se refiere a la conveniencia de identificar sustanciosas diferencias entre Bush y Kerry.

Es cierto, sí, que para explicar ese escepticismo acaso no haya que ir muy lejos: aunque el repudio a Bush es común en la mayoría de nuestros conciudadanos, tampoco se aprecian mayores simpatías por el candidato demócrata, circunstancia que a primera vista remite a un rechazo general de lo que hoy es Estados Unidos. Sin descartar en modo alguno que ello sea así, conviene prestarle oídos, con todo, a otra explicación: la que sugiere que, declaraciones en mano, el discurso y las propuestas de Kerry son tan poco rupturistas que cualquier entusiasmo estaría de sobra. Los apoyos al rival de Bush tienen su origen, sin más, en el designio, respetabilísimo, de liberarse de este último.

Más allá de lo anterior, lo suyo es que nos preguntemos qué es lo que Kerry estaría llamado a aportar en dos terrenos decisivos: el de las políticas económicas y sociales, por un lado, y el de las relaciones exteriores de Estados Unidos, por el otro. Sabido es, por lo pronto, que desde tiempo atrás se ha registrado en la principal potencia planetaria una progresiva homologación entre los programas económicos de los dos grandes partidos, en franco provecho, bien es cierto, del discurso neoliberal que postulan desde hace un cuarto de siglo los republicanos. La apuesta que los demócratas blandieron en el pasado en provecho de fórmulas que recordaban, siquiera livianamente, a los Estados del bienestar, ha ido reculando, circunstancia que, mal que bien, viene a explicar por qué en muchos casos son las mismas empresas las que financian a demócratas y republicanos.

La sensibilidad social del Partido Demócrata ha bajado muchos enteros en un escenario en el que la propia condición personal de Kerry arroja mucha luz sobre la trama que opera en la trastienda: si mi memoria no me falla, la fortuna de la esposa del candidato demócrata asciende nada menos que a 700 millones de dólares. Con semejantes mimbres sólo los más ingenuos aguardarán que personas de tal condición económica acometan cambios llamados a sacar de la miseria a los 46 millones de indigentes que se hacinan en las megalópolis norteamericanas. También aporta luz, por cierto, la propuesta de Kerry en el sentido de subir los impuestos sólo en los casos de las rentas superiores a lo que entre nosotros serían unos 180.000 euros Y que no se engañe el lector: la sociedad estadounidense no es tan opulenta como para que las cifras mentadas signifiquen algo fundamentalmente diferente de lo que quieren decir en la vieja Europa. Así las cosas, no está de más que le demos la razón al diputado popular Gustavo de Arístegui, quien días atrás afirmó que el Partido Demócrata configura una fuerza homologable a lo que entre nosotros es el centro derecha, aserción que deja sólo un espacio del espectro político, tan singular como ultramontano, a sus rivales republicanos.

Por lo que a las relaciones externas de Estados Unidos se refiere, la teoría asevera que un triunfo de Kerry tendría dos efectos de aparente cambio. El primero remite a una cuestión que lo es, pese a las lecturas al uso, de forma: aunque tocarían a su fin muchos de los elementos de ramplón unilateralismo que han impregnado las políticas de Bush, no por ello ganaría terreno un multilateralismo merecedor de tal nombre. No nos engañemos al respecto: la política exterior norteamericana anterior a Bush hijo no se caracterizaba por un benigno y generoso multilateralismo. Era, en el mejor de los casos, el reflejo de una suerte de multilateralismo a la carta, en virtud del cual se evacuaban consultas con aliados y amigos a sabiendas de que unos y otros se mostraban comúnmente dóciles y sumisos. No cabe aguardar, en otras palabras, que Kerry cancele el vigor de unas reglas del juego que invitan a Estados Unidos a imponer sus criterios e intereses, y a hacerlo en obscena desatención de las demandas de buena parte de los habitantes del planeta.

Hay quien sostiene, en fin, con criterio muy respetable, que un imaginable triunfo de Kerry colocaría en la Casa Blanca a una figura política mucho más consciente de las limitaciones que, aún hoy, acosan a la principal potencia del globo. El argumento ve la luz en la estela de la certificación de que las políticas de Bush han colocado a Estados Unidos en varios callejones sin salida, al tiempo que han engrosado, no sin paradoja, el caldo de cultivo de respuestas desbocadas. Aunque nada hay que oponer al sentido general del pronóstico, arguyamos, con todo, que también aquí la diferencia glosada se antoja menor: el propio Bush se ha visto obligado a moderar sus impulsos en un escenario en el que la terca realidad de los hechos impide hoy, por ejemplo, que Estados Unidos se lance a nuevas operaciones militares en Irán, Siria o Corea del Norte.

La conciencia en lo que atañe a las limitaciones propias ha alcanzado, en otras palabras, al presidente en ejercicio, circunstancia que, de nuevo, nos emplaza ante una inequívoca conclusión: quien quiera depositar en la figura de John Kerry la esperanza en cambios mayores parece llamado a equivocarse. Bien lo saben, por cierto, los habitantes de Gaza y Cisjordania.


Creo que no puedo dejar de compartir la idea que, entre haiku y haiku, propone mi amigo Juan Pantano
40 euros, por favor...

12 comentarios:

thirthe dijo...

:-))))) claro que sería un derroche de recursos, pero muchas veces entran unas ganas que no me importaría gastarme un extra en hacerlo. Y con estas elecciones me siento con las manos atadas. Y después de leer a Norman Mailer ayer más. Qué triste pensar que cuatro debates, el atuendo, unas frases bien colocadas, una toma o un encuadre desde tal ángulo puedan decidir el voto de una persona. A estas alturas de mi vida no me lo puedo creer. No. Y tampoco creo que sea así. La gente vota a Bush porque se siente a gusto con un gobernante tan estúpido como ellos. Kerry es demasiado serio, incluso un intelectual si quieres, no es el americano medio en el que se quieren ver reflejados.

No he recibido ningún mensaje en mi correo, al menos hasta ahora. Prueba de nuevo y sinó te doy otra cuenta.

Beixos, bonita.

Anónimo dijo...

¿Por qué, aunque sea poca, no mantenemos la esperanza, confiando en que el cambio llegue por fin?
Yo voy a concentrar todas mis energías en pedir que así suceda...
Un abrazo y bicos. Te quiero.Marmi

manuel_h dijo...

Ningún presidente en EEUU va a arreglar gran cosa en el mundo; a lo mejor todos lo estropean un poco más. Pero hay algunos de putean de mala manera. Y ya que al final del artículo se menciona a Gaza y Cisjordania, comparar la evolución de ese problema en la etapa de Clinton y en la etapa de Bush es un buen ejercicio para ver si hay diferencias.
En fin, los EEUU son la hostia, sí, pero aquí, sin ir más lejos, elegimos a Aznar y nos quedamos tan anchos. ¿Os imagináis a Aznar dirigiendo un país como EEUU? Da pavor.

thirthe dijo...

Gracias por la invitación, mad. Abriré una (ahora no, tengo sueño).
Marmi, yo mantengo siempre la esperanza, y partiendo de como estan las cosas pienso que se pueden cambiar.
Manuel, estoy de acuerdo contigo con que aquí hemos elegido a Aznar. Y si tenemos el gobierno que tenemos es por la desgracia del 11M y gracias al voto joven que se incorporó en los últimos días. De lo contrario la inhibición de éstos hubiese llevado a unos resultados diferentes. Y en los EEUU puede suceder algo parecido. Tal vez el revulsivo de la guerra y la movilización de los personajes del cine y la cultura haga reaccionar a mucha gente crítica con el sistema que no acudía a votar y lo haga, favoreciendo la elección de Kerry. Y qué quieres que te diga, yo tambien lo prefiero. Desde luego que Gaza y Cisjordania y todo el Oriente Próximo están ahora muchísimo peor, sobre un barril de pólvora. Y, con toda la situación de alrededor, no le veo una salida fácil.
Vos diréis.
Como estoy en familia, os digo que hasta mañana, me voy a dormir.

Muchos besos

Anónimo dijo...

Lo sabiais que el ultimo presidente electo de los EEUU en llevar bigote o barba fue William H. Taft (1909-1913) y que antes de él, solo Licoln (1861-1865), Ruderford B. Hayes (1877-1891), James Garfield (1881) y Benjamin Harrison (1889-1893) lo habian llevado?
Un pueblo que juzga a su presidente en base a su vello facial y no en base al numero de parados, acciones en politica sanitaria, exterior o militar es solo un niño mimado que elije un regalo por su envoltorio y no por su contenido. Pero esto ya lo sabiamos.
El problema de Kerry es que no ofrece otra cosa que lo que se le pide, y si quiere estar seguro de perder solo le hace falta anunciar algun cambio en politica ambiental, retirar parte del contingente en Irak o liberalizar los matrimonios gay...por ejemplo.
That's America!

Juan Pantano

Anónimo dijo...

Tengo varias teorias al respecto pero no me convence ninguna. Lo único que sé es que no me siento representada por ningun partido político ni creo que vaya a estarlo en un futuro. En parte los electores podemos cambiar las cosas (de manos), pero hasta que punto?. Hace mucho que no creo en la Política y menos en la de EEUU, un país nada recomendable, con mal clima, mala comida y sin raíces, y esto es lo que mueve el mundo?. El mundo está loco.
A oxeada crítica.

Vicente dijo...

En canto á política exterior -que é o que máis nos afecta- non hai grandes diferencias entre os candidatos. Sen embargo, desexo con tódalas miñas forzas que gañe Kerry.

Michael Moore for president!!!

thirthe dijo...

Juan, no eras tú el que hablaba una vez de romper una lanza por el pueblo americano?? A ver si es que se ha convertido en ese niño mimado y miedoso que dices y al que le gusta sentirse amparado por un gobierno bravucón.
De sentirse los amos del mundo allí por donde pasaban de pronto se sienten intimidados, rechazados y se sienten con la obligación de imponerse, por nuestro bien, claro está. Y a nuestro pesar.
A demócratas y republicanos los separan, como dice Mad, sólo matices. Pero importantes, sobretodo para nosotros. Porque si gana Bush, y vemos como de este lado lo apoya el neofascista Putin, correremos el peligro de caer por completo en manos de las multinacionales de las armas y del petróleo. Sin tapujos, porque la imagen más fiel que dio Bush de si mismo fue cuando bajó vestido de Madelman de un helicóptero. Era el mismísimo muñeco. De sus dueños.
Por eso tambien digo que de ex-loquesea, nada.
Y Kerry, tiene una cara tan triste que sería una revelación que ganase. Le han puesto a Clinton al lado, a ver...
Oxeada, ya sabes que yo tampoco me siento representada por ningún partido pero aún así, una y otra vez, no me doy por vencida e...insisto!!
Vicente, eu votaría por outro. A ser posibel de fóra do país.

Un feixe de beixos para vós.

Anónimo dijo...

Querida Thirthe, es exactamente asi. Como tu lo dices. Y es que muchas veces el punto debil de un guerrero esta en su propia fuerza. Sobretodo cuando la usa para resolver cualquier problema que se le ponga delante.
Esta se convierte en su unico recurso y en su unico amparo haciendo de él un esclavo de su propia fuerza.
Ser fuerte no quiere decir ser potente y mucho menos ser sabio. Ha terminado el tiempo en que todos mirabamos hacia America con la admiracion con la que un niño mira a su hermano mayor. Ahora vencen pero no convencen y nos lo ratifican dia tras dia. Son fuertes pero no potentes. Lo de sabios dejemoslo...
Pero sigo rompiendo una lanza en favor del pueblo americano por tres motivos:
1. Porque America no es solo su politica exterior. Porque tienen tambien sus intereses en politica interior a los que responder y de los que nosotros, aqui en Europa, no sabemos mucho.
2. Porque es mas facil ver la paja en el ojo ajeno. A ver si ahora nos vamos a creer que ellos son los malos y nosotros los buenos. Queridos amigos, Zapatero ha retirado las tropas de Irak para doblarlas en Afganistan, y El Pais habla demasiado poco de este otro conflicto. Occidente es uno y trino, y mas aun para los arabes. No nos hagamos ilusiones, estamos todos en la misma barca.
3. Porque la clase dirigente de un pais no representa a su pueblo (aunque pueda parecer paradojico en un regimen democartico). Es el viejo problema: defendemos entre todos los intereses de unos pocos y ademas se muere por ello. Es la historia del mundo, señoras y señores. Aqui nadie ha descubierto el agua caliente, y esto vale tambien para los americanos aunque nos caigan mal.

Por ultimo dire que da lo mismo quien gane. Las diferencias mas sustanciales entre democraticos y republicanos se ven en servicios sociales, impuestos, etc... La politica exterior seguira mas o menos igual. Os recuerdo que Clinton ha bombardeado Bagdag durante mas de cinco años y ha invadido Somalia mientras el mundo estaba pendiente de la bragueta de sus pantalones.
Y todo por intereses relacionados con los grandes colosos del petroleo.

FIN

Juan Pantano

El verdadero PODER de quien empuña una pistola es el de poder elegir cuando apretar el gatillo y cuando no hacerlo.

thirthe dijo...

Magda, gracias por acercarte de nuevo. Si que es gracioso. Al menos les queda el sentido del humor.

Juan, estoy de acuerdo contigo en que la parte más terrible del poder consiste en esa prerrogativa. Ostentar esa capacidad de decisión de manera aleatoria. Tú si, tú no. Y ahora hago esto porque me conviene, sin ninguna otra justificación. En última instancia es eso. El poder en beneficio propio. Cuando las normas democráticas no son más que una excusa para ejercer ese tipo de poder nos acercamos al fascismo. Ese es el peligro. Gobernar en función de unos intereses financieros.
Y el pueblo americano de a pie, con derecho a voto, también sufre los resultados de esa política económica orientada exclusivamente al beneficio de las multinacionales. En Galicia es fácil hacerse una idea, sólo hay que hablar con algún pariente emigrado en EEUU y preguntarle si ya han cerrado la fábrica textil en la que trabajaba.

Bueno, en lo demás estoy de acuerdo contigo (tengo prisa), pero ya sabes que siempre veo un atisbo de esperanza.

En quien?? En ti, en mi, en el otro...

Beixos en beixos.

Anónimo dijo...

Porqué al fascismo?
El totalitarismo se puede ejercer desde cualquier ideologia (vease Stalin, Mao, Castro, Kim Jong...estos iban de comunistas, sin ir mas lejos) y parece ser que en estos tiempos esta de moda disfrazarlo de paloma blanca democratica y libertadora. Pero son solo caras diferentes de la misma moneda.
Como ya hemos visto en las pasadas elecciones en EEUU el presidente que ha ganado no ha sido el mas votado. La democracia no tiene ningun valor en el Pais de la Democracia.
Porqué tomarla con el pueblo entonces? Ellos son solo una victima mas, que quizas no muere bajo las bombas, pero que se ve obligada a trabajar 14 horas al dia para pagarse la sanidad, la pension, el leasing del coche, los estudios de los hijos, el alquiler del piso, los peajes que hay dentro de la ciudad..., que vive bajo la constante amenaza mediatica del terrorismo. Si quieres cancelar los proximos 76 vuelos en el aeropuerto JFKennedy de New York, enciende un mechero delante de un despacho de billetes de la American Airlines. Y todo mientras el resto del mundo te mira de reojo mientras paseas tu culo rosa de turista por los principales museos de Europa.
No digo que sean unos angeles, pero no es facil ser americano en estos dias. Te puedo asegurar que no me dan envidia para nada.
Son victimas de ellos mismos? Tal vez, pero no olvidemos que lo mismo que hay pescadores en Galicia que votan a Fraga, hay parados en el Wisconsin que votaran a Bush y hay finlandeses que adoran correr desnudos en medio de la nieve a -8°C. Tiene que haber de todo, si no, que mundo seria?

Juan Pantano

thirthe dijo...

Mi querido Juan, el que unos líderes políticos, después de haber conducido una revolución la hayan convertido en un sistema totalitario, al servicio de otra casta dominante, empeñada en mantenerse a toda costa en el poder y utilizando para ello los mismos métodos represivos contra los que antes habían luchado; esto no invalida la ideología en si. Como ahora tampoco podemos decir que el sistema democrático sea el culpable de esa política agresiva del gobierno de los EEUU. La democracia casi se convierte en rehén de esa política, ya que, amparándose en ella, se sirven descaradamente a otros fines totalmete distintos.

Y no la tomo con el pueblo americano, no más que con el gallego que también es tan responsable como aquél de lo que pasa en Galicia. No existe un pueblo beatífico y puro, o mejor que otro. Las diferencias sociales no se dan a nivel geográfico, y lo mismo hay gente oprimida y explotada aquí que en norteamérica. Pero no siento pena por ese culo rosa del turista en el museo de Orsay que se siente observado de reojo. Estaba acostumbrado a pasear por un mundo que se le ofrecía risueño y ahora se da cuenta de que es un mundo inseguro para todos, él incluído.

Beixos and beixos