(Chagall)
cuarenta años después y la eterna escena.
El temporal de agua y viento arremete contra la casa,
tiemblan las ventanas,
se va la luz,
yo meto hasta el curuto de la cabeza entre las sábanas,
y permanezco con el oído atento,
sé los pasos que dará mi madre el resto de la noche;
se levantará de la cama,
encenderá una vela,
y subirá al fayado cada cierto tiempo,
a vigilar que el viento
no remueva las tejas para llevárselas volando.
(ay, madre mía, yo estaba convencida de que tú podías impedírselo!)
8 comentarios:
pudiera o no pudiera, si había que vigilar, se vigilaba. también me acuerdo del pueblo y la bombilla temblando hasta que se apagaba. Todo negro alrededor y a lo lejos, a varios kilómetros, una carretera por la que de vez en cuando pasaban las luces de un coche.
besos
Retrocede uno cuarenta años y la historia se repite.
Claro que ahora hasta las madres quedan impotentes ante el viento.
Besos.
mi madre hubiera hecho algo muy parecido.
un besote
Precioso ese cuadro. :)
He reencontrado tu blog, tras leer un comentario tuyo de... hace la friolera de 5 años casi.
http://corsaria.zonalibre.org/archives/064674.html
Saludos. ;)
pues sí que ha pasado tiempo, diosss!!!
y todavía seguimos! eso es lo más alucinante!
Estoy segura de que Lola puede hacerlo !!!
Miles de bicos
claro, marmi, el viento se llevaría las tejas, pero ella saldría volando detrás sobre los tejados:-))
mil bicos máis para ti
Publicar un comentario