26 ago 2008

le monde c'est une vache



...o dos

unos se miran el ombligo-estos no me gustan nada- engullen y lo digieren todo para sí,
otros, sólo nos miramos los pies.

(aquí se puede escribir lo que se quiera, dan para mucho juego los pies, y con unas alitas...)

7 comentarios:

ybris dijo...

A mí no me gusta mirarme.
Siempre ando inacabado.
Si me miro el ombligo no me veo capaz de engullir sólo para mí.
Si me miro a los pies me doy cuenta de lo mal que guardo el equilibrio.
Por eso o miro hacia arriba por aquello de las nubes o miro hacia otro para ver cómo se las arregla.
Lo de las alitas en los pies sí que me gustaría.
Más que nada por parecerme a Mercurio, mensajero de los dioses (por la velocidad no por los mensajes).

Besos.

manuel_h dijo...

es que los pies, así disfrazados, incluso sin alitas, dan para ser mirados y mirados.

besoss

thirthe dijo...

Mercurio es mi dios alado por excelencia,encuentro cada fin de semana una estatua suya en el camino que es preciosa, me tiene enamorada,k tiene las proporciones correctas!

Víctor Hugo dijo...

yo cada vez que me miro al espejo desnudo.. me deprimo jajaja
todo me cuelga cada vez mas abajo!
qué horror!
hasta pecugas me están saliendo .. jijij

saludos!
Víctor Hugo
El Hombre Imaginario

thirthe dijo...

hola, víctor, buena presentación, dicen que los espejos no mienten...uff, los espejos no, cierto, somos nosotros quienes tergiversamos lo que vemos, o peor aún, cuando interpretamos lo que vemos ya estamos en el estadio siguiente:-)pero de todos modos, tú ni caso, mientras te sigas reconociendo, sigues como siempre.

cada edad tiene su punto de belleza...

Anónimo dijo...

Pues a mí me pasa lo que a los vampiros: me miro en el espejo y no me veo. Pero no me preocupa, no creas.

Mil besos :)

Juan dijo...

Me miro hacia dentro y cada día veo menos,deben ser las cataratas de la edad