no me gusta decirle a nadie que se levante de la silla, aunque ésta sea la mía, por eso hoy, al llegar al trabajo y encontrármela ocupada por todo un señor culo vestido de traje y corbata, metí mano en el bolso y saqué dos billetes sueltos de cincuenta euros que tiré alegremente sobre la mesa. A continuación sucedió una frase hecha
el hombre se levantó como impulsado por un resorte
y como contrapartida
yo me pude sentar.
porco denaro!
(no,los cien euritos me los quedé yo, sólo momentáneamente, eran para pagar una multa de tráfico...)
3 comentarios:
Aunque no escribas nada velaré tu silencio.
Como hoy sí escribes, estupendamente por cierto, dame la mano para gritar a duo: "¡Porco denaro!"
Aunque a veces nos sirva para recuperar nuestro puesto.
Bicos.
Yo habría luchado por esos billetes y hasta regateado por el puesto. Lástima que los euros sean un bien tan escaso. Descaros y tonterías hay en todas partes.
Un (b)eso...
qué fácil es mover un culo, aunque a veces da una pereza!!
besosss
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