29 ene 2006

gatos

en apenas ocho kilómetros de carretera al menos nueve rotondas. El mismo movimiento, pisar el embrague, reducir, frenar un poco, comprobar que no cruza nadie y seguir.A veces el coche se deslizaba sin responder. Ligero mosqueo. Al probar el freno conduciendo en recto el coche frenaba. Sin embargo, al llegar al cruce y combinar los movimientos de freno y embrague, el coche se volvía a quedar sin control. Gato negro.


Le comenté a mi madre lo que pasaba , pero ella debía de desear tanto regresar a su casa que no le importó que decidiese seguir. No. Eran las once de la noche. El último pueblo que cruzamos quedaba atrás y se presentaban bastantes quilómetros de carretera negra por delante. Paré en el arcén. Probé el freno de nuevo. Olía a goma quemada y di media vuelta en dirección al pueblo. La grúa cargó con el coche y nosotras continuamos hasta casa en taxi. Gato blanco.